domingo, 12 de mayo de 2013

Sesión 5



HECHOS 9-12  (sesión nº 5)                                                                  Castellarnau, 3/03/2013                                                




Conversión de Saulo   9.1-9


Ananías visita a Saulo 9.10-19


Saulo predica en Damasco 9.20-22


Saulo escapa de los judíos  9.23-25


Saulo en Jerusalén   9.26-31

Curación de Eneas   9.32-35


Resurrección de Dorcas    9.36-43


La visión de Cornelio  10.1-8


La visión de Pedro   10.9-16


Los mensajeros de Cornelio   10.17-23


Pedro en casa de Cornelio    10.24-43


Los gentiles reciben el Espíritu Santo   10.44-48

Pedro informa sobre su visita a Cornelio     11.1-18


La iglesia en Antioquia    11.19-30

Martirio de Jacobo y encarcelamiento de Pedro    12.1-19


Muerte de Herodes        12.20-25






La conversión de un misionero    9.1-9.31

Considerar experiencias de conversión. (Recordar cap. 3: El mundo necesita ver vidas transformadas).


Euforia exultante:

  • John Bunyan: Tan lleno de alegría, que quería contárselo a la las vacas
  • Charles Spurgeon: Volvió bailando a casa
  • Pascal: El tiempo se detuvo por dos horas, en las que estuvo perdido.
  • Resultado de lucha larga e intensa:
  • C.S. Lewis: “Me rendí y admití que Dios era Dios; quizás yo era aquella noche el convertido más abatido de la cristiandad”
  • Aquellos que proceden de familias cristianas comprometidas, que experimentan un cambio suave, sin nada de euforia:
  • John Wesley, escuchando una exposición de la carta a los romanos, sintió su corazón “ardiendo de una manera extraña.


Convertirse no es fundamentalmente una clase particular de sentimiento religioso. Convertirse consiste en “darse la vuelta”, cambiar de sentido a nivel moral y espiritual.


No por lo que me ha sucedió en momento determinado, sino por la evidencia de una vida transformada.

No hay duda de que la conversión de Pablo fue un suceso absolutamente crucial, y en Hechos esto queda subrayado al ser narrada en tres ocasiones.



Sabemos que Pablo se convirtió de verdad en el camino de Damasco, no por el resplandor de luz celestial que le rodeó, sino por el cambio radical que sufrió. El verdadero milagro fue la transformación que se produjo en este hombre, el antes y el después. Esto es lo que la hace un modelo de conversión cristiana.


El examen que tengo que hacerme no es si he tenido una experiencia sobrenatural, sino si ha tenido lugar una transformación sobrenatural en mi interior





Pablo:


La persona que era                            Hechos, 9.1-2


Era un judío fanático y estaba decidió a erradicar a aquellos herejes cristianos.Hechos 8:3

Era un “privilegio” para él, que se le hubiera encomendado aquella misión


Sin embargo, en sus propias palabras, al relatar su testimonio evidencia que albergaba dudas en su interior.Hechos 26:14



Su seguridad externa encubría un corazón asediado y divido


(Jung: “el fanatismo se da casi siempre en individuos que están intentando compensar sus dudas secretas”)


Sólo Dios lo sabía y podía ver lo duro que para él resultaba el resistir el aguijón.


(Sabemos por sus cartas, Ro. 3 Fil. 3, que interiormente, se consideraba un hombre hundido)


No podría dejar de estar impresionado por el testimonio de estos cristianos a los que estaba persiguiendo.


En la muerte de Esteban, él estaba presente, ver. Hch. 7.58-8.1


Él estaba implicado, pero se limitó a observar, y oiría las palabras de Esteban Hechos 7:6


¿Habría estado en Jerusalén durante la Pascua y sido testigo de la crucifixión de Jesús?


Además, estaba su orgullo moral. Admitir que él, Saulo el fariseo, necesitaba la gracia de Dios, era inconcebible. Sería desechar toda aquella reputación de santidad que había conseguido paso a paso.




La persona a la que conoció             Hechos 9.3-5


Pablo denomina este encuentro como “visión”, no fue una experiencia mística. (cf. Cap. 22 y 26)


La luz que Pablo vio fue real, visible y externa: sus compañeros también la vieron. También oyeron la voz, aunque ellos no pudieron entender.


No fue un sueño. Fue la manifestación de Cristo Resucitado (ver 1 Cor. 15)


Su base para el apostolado la hace descansar en que  había “visto” al Señor (1 Cor. 9.1)

Lo que se nos narra aquí, no es tan sólo la historia de una conversión, sino el llamamiento a una misión especial de apostolado. Y esa es la razón de que fuera un suceso tan sobrenatural.

No obstante, hay aspectos de esta experiencia que caracterizan a todas las conversiones:


1.      Una iniciativa divina.


Pablo no estaba buscando esta experiencia. Todo lo contrario.


Ninguna verdadera conversión lleva a felicitarse a uno mismo. La conversión es un acto de iluminación divina tan soberano y unilateral como el de la misma creación.


2 Corintios 4:6


Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.


2.      Un encuentro personal Hechos 9:4

Una conversación de persona a persona entre él y Jesús. Por primera vez comenzaba a haber una relación entre ellos.


La conversión va mucho más allá de lo meramente cerebral. Incluye la comunicación con Jesús cara a cara.


Es empezar a orar, y además de la forma más íntima y directa.



3.      Un rendición espiritual Hechos 9:5
Pronuncia la palabra “Señor” en un tono de reverencia y temor.


No era un enviado de Dios, ¡Era el Señor!


No puede haber conversión  sin que se dé este momento de reconocimiento.


Un cristiano es alguien que reconoce a Jesús como “el Señor”




No debiéramos perdernos en los detalles especiales del llamado a Pablo, y llegar a dudar de nuestra conversión.


Si me he convertido, ha sido como resultado de la iniciativa de divina.


Si me he convertido, ha sido porque Cristo ha hablado de una manera personal a mi corazón, y yo he respondido a su palabra. Es algo entre Jesús y yo.


La raíz de la conversión es un acto de rendición ante la suprema autoridad de Jesús.




La persona que llegó a ser                               Hechos 9.6-9


La conversión no siempre va acompañada de una euforia inmediata. Para Pablo, fue una experiencia profundamente humillante.


Años después todavía hablaba así:


1 Corintios 15:9


9 Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios.




Hechos 9.10-17


17 Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo.


Estás son las primeras palabras procedentes de labios cristianos que oye Pablo desde su conversión, y son palabras de afecto familiar


Quizás si nuestros oídos y nuestros corazones estuvieran tan dispuestos como los de Ananías, nos descubriríamos siendo usados por Cristo más a menudo para atraer a dentro a los que están fuera, transformar a los enemigos en amigos, a los perseguidores de la Iglesia en sus misioneros




Hechos 9.17-18


Ahora sabemos, que Pablo era un hombre convertido,  porque era un hombre transformado.


 15 Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel;


Pablo hizo más por la expansión misionera de la iglesia primitiva que el resto de los apóstoles juntos.




En este sentido, Saulo de tarso ya no existía.


2 Corintios 5.17


17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es ; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.




No es imprescindible que ocurra algo extraordinario. Si puedo confesar que Jesús es el Señor de mi vida, soy convertido.


  


Superando los prejuicios en la iglesia      9.32-10.48




Hechos 10:14-15


14 Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo.


15 De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro.


Hechos 10:34-35


La Biblia de las Américas (LBLA)


34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas,


35 sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto.


El mundo en que vivimos está formado no por mucha gente, sino por muchos pueblos y grupos. Separados por el idioma, la religión, cuestiones étnicas, clases sociales, sexo, aficiones, etc.


En el libro de Hechos vemos la intención de mostrarnos una sociedad en la cual es neutralizada la división.


No es exagerado tildar de revolución el impacto del evangelio en aquel momento.


No había existido en la historia un pueblo más exclusivista y xenófobo, que el pueblo judío.


En ese ambiente había crecido Pedro.


Además, el hombre al que dirige estas palabras, era un soldado romano: un pagano y un enemigo.


¿Cómo pudo Pedro superar esos prejuicios?




1.       La experiencia “viajar al extranjero”


Esta manera de hacer de Pedro, tal vez nos recuerda al ministerio del propio Señor Jesús: recorrer aquellos lugares, visitar a los creyentes, hacer milagros: JESUS SIGUE HACIENDO.


Hechos 9:43


43 Y Pedro se quedó en Jope muchos días con un tal Simón, curtidor.


Dios estaba preparando a Pedro, y usando estas experiencias, para que se cuestionara sus prejuicios judíos.


Esto mismo puede valer para nosotros.




2.       El discernimiento espiritual    10.9-13 la visión de Pedro


Hechos 10:13-15


13 Y oyó una voz: Levántate, Pedro, mata y come.


14 Mas Pedro dijo: De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo.


15 De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro.


Hechos 10:20


20 Levántate, pues, desciende y no dudes en acompañarlos, porque yo los he enviado.


Dudar vs. Discriminar (gr.)


Pedro manifestó un discernimiento espiritual de lo que Dios pensaba sobre el asunto.


Podemos encontrar toda clase de objetos en nuestro gran lienzo procedente del cielo, porque todos necesitamos discernir espiritualmente lo erróneo de nuestros prejuicios.


Solo cuando comencemos a ver el mundo como Dios lo hace, podrán desaparecer los prejuicios de nuestras iglesias.




3.       La experiencia de la evangelización trans-cultural.    10.29-33


Evidentemente, la ocasión para predicar era extremadamente favorable.


Hechos 10:34-35


34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: Ciertamente ahora entiendo que Dios no hace acepción de personas,


35 sino que en toda nación el que le teme y hace lo justo, le es acepto.


a.        Pedro no está diciendo que toda persona respetable moralmente vaya al cielo. Más tarde le habla de la necesidad del perdón de pecados.


b.       Tampoco que todas la religiones conduzcan a Dios. No le hubiese presentado a Jesús como Juez de toda la humanidad, 10.42-43




Pedro ahora se da cuenta de que las señales de la gracia Dios se pueden ver tanto en las vidas de los gentiles como de los judíos




Dios disipó cualquier duda de una manera definitiva, 10-44-46 ¡Como en Pentecostés!


Este fue un momento absolutamente crucial en la vida de la iglesia primitiva. (Aunque exactamente Cornelio no fuera el primer gentil convertido. Nicolás y el etíope)


La explicación a la iglesia en Jerusalén, 11.1-3 11.15-17


Hechos 11:15-17


15 Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, tal como lo hizo sobre nosotros al principio.


16 Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando dijo: "Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo."


17 Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos dio a nosotros después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder estorbar a Dios?




La reacción,


18 Y al oír esto se calmaron, y glorificaron a Dios, diciendo: Así que también a los gentiles ha concedido Dios el arrepentimiento que conduce a la vida.




Los cristianos no pueden ceder ante los prejuicios, porque sirven a un Dios que no hace acepción de personas. Puede haber enviado las buenas nuevas a Israel en primer lugar, pero las hace extensivas a todos. Por tanto, no hay lugar en el cristianismo neo-testamentario para congregaciones donde haya segregación. Los separatismos seguirán dividiendo a las naciones, pero no debemos permitir que hagan lo mismo con la comunidad cristiana.




La iglesia que cambió el mundo                 Hechos 11.19-30




El nacimiento de la visión misionera en una iglesia, la iglesia en Antioquía


Hechos 11:20-21


20 Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre y de Cirene, los cuales al llegar a Antioquía, hablaban también a los griegos, predicando al Señor Jesús.


21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor.




1.       Celo evangelístico de la membresía    11.19-21


Vimos como la hostilidad de las autoridades judías, provocó la dispersión de la iglesia en Jerusalén.


Primero Felipe, después Pedro. Ahora, algunos de aquellos creyentes llegan hasta Antioquía (capital de Siria romana, tercera ciudad más grande el momento) una ciudad cosmopolita y secularizada.


Anuncian el evangelio, no sólo a los judíos sino también a los gentiles (“helenos” tal vez simpatizantes)




Aquellos creyentes, por su cultura occidental, no necesitaron una “visión” como Pedro para ser persuadidos de hablar a los gentiles


21 Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor.




Dos aspectos a destacar en la misión cristiana:


a.        Importancia estratégica de las grandes ciudades


b.       Importancia estratégica de la evangelización por parte de los miembros




Fue el testimonio personal de los cristianos de Chipre y Cirene lo que Dios quiso utilizar para  a cabo su propósito soberano.


Dios escogió utilizar el testimonio de los cristianos.


No se pueden generar verdaderos misioneros en una congregación introvertida, centrada en sí misma.


El testimonio personal era parte de su estilo de vida. No fue necesario capacitarlos en un centro bíblico. Como Felipe, ellos demostraron una disposición espontánea a compartir su fe.




2.       Un pastor que infunde ánimo                        Hch. 11.22-24


No es difícil darse cuenta que la iglesia de Antioquía era muy diferente a la de Jerusalén: Habría más griegos que judíos.


Por tanto, no ha de sorprender que los apóstoles quisieran asegurarse de la doctrina en esa iglesia.




En esta ocasión  (Cf. con Samaria) no envían apóstoles, sino a Bernabé (José): Consolación.


¿Habría un propósito definido?


“vio la gracia de Dios” 11.23, Considerar en entorno: seguramente estarían viviendo una experiencia muy chocante para los creyentes de Jerusalén.


Bernabé no pone ningún “pero”, “…se regocijó…”


·         Vio vidas transformadas


·         Reconoció que Dios estaba obrando


·         “…y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran fieles al Señor.”




Es poco probable que una iglesia pueda llegar a ser una iglesia misionera, si dentro de ella no se dan dones pastorales como éste.


Son necesarios pastores así.




3.       Un maestro en teología                                  Hch. 11.25-26


Difícilmente se puede encontrar en una sola persona todos los dones que una congregación necesita para desarrollarse.


Aquella iglesia necesitaba, además de ánimo, formación


Bernabé conocía a la persona idónea: Saulo. El teólogo. Recluido en tarso.


·     Era fariseo: gran conocedor de las EE


·     De Tarso: conocía el mundo gentil.


·     Bernabé sabía del llamado especial de Saulo.




Nota sobre la teología:


·        Hoy se ha convertido en algo tan académico que, en muchos casos, hace más mal que bien a las iglesia.


·        El verdadero propósito de la teología, debería ser:


Enseñar a la iglesia cómo hablar sobre el evangelio de manera que sea comprensible para la cultura secular.


Hombre como Pablo, que enseñen a relacionar el evangelio bíblico con otras culturas, filosofías, idiomas… sin dejar de ser fieles a la verdad (recordar 11.23)




4.       Un corazón inclinado a la comunión              Hch. 11.27-30


Muy probablemente, Bernabé enseñó a ésta iglesia el principio de 4.36-37 a esta iglesia.


Vemos por primera vez la comunión entre iglesias.


La expresión “local” del Cuerpo de Cristo, en comunión con otra expresión “local” del mismo Cuerpo.


·         A veces existe el riesgo en iglesias autosuficientes, de aislarse en la comunión con otras comunidades.


·         Sólo cuando los cristianos ponen en común sus recursos y se ayudan unos a otros, se puede llevar a cabo la Gran Comisión.


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